Vienen las fiestas navideñas, un nuevo año y nuestros salones están vacíos, varias de nuestras escuelas cerradas porque nuestros alumnitos están descansando.Así que eso nos pone un poco tristes, y listos para abrir nuestro corazón.
Como instructor, maestro , profesor ... el estar frente a tu grupo es algo que te inyecta vida, que te rejuvenece.
En mi caso, el estar con mis alumnos es lo mejor de mi día, el observar su progreso, verlos crecer, para mi es como tener muchos hijitos.
Su cara de asombro cuando les sale su primera figura o los llevas a su primera competencia, todo eso es trascendental para ti también.
Aprendes a conocerlos, no sólo entro del espacio de entrenamiento, muchas veces fuera de ahí.
Hay veces en que te cuentan cosas, muchas más, con ver su mirada, sabes que algo no está bien.
Pero que pasa cuando se van?
Muchas veces se van porque hay promociones en otros lados, otras porque les queda lejos y algunas veces más no tienes idea de lo que pasa.
A veces no duele, pero hay algunas en que te sientes triste. Lo he llegado a comentar y hay gente que te dice que es normal, que sólo tenemos que ser prestadores de servicios, tomar la actitud de lo más profesional y no involucrarse emocionalmente.
A mi me cuesta trabajo, trato de cuidar mucho a mis alumnos y en verdad les doy lo mejor de mi; contrario a lo que pudiera pensar la mayoría, eso no empobrece, eso me da mucho, me hace crecer y conocer aspectos que desconocía de mi mismo...puedo apostar a que lo mismo le sucede a mucho de mis compañeros instructores.
Estamos para guiarlos por un breve momento, lo sabemos desde la primera clase, pero aún así no deja de sentirse un vacío cuando se van.
Y es peor aún cuando te vuelves coach...
Estas palabras parecerán cursis, pero se llevan un pedacito de uno.
Y para ti, como es ser instructor?
Ah si, feliz navidad!!!!! ya casi regresamos a clases, aprovechen su descanso!
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