jueves, 10 de marzo de 2016

¿Como es ser un instructor de Pole?


 
Uno no se levanta un día deseando ser un instructor de Pole Dance, bueno, tal vez ahora si suceda entre los chicos más jovenes, pero para muchos no fue así.

Todo empezó cuando nos enamoramos de una barra de metal donde como si fuera magia, empezamos a treparnos y sucedían milagros. Entrenamos, aprendimos (seguimos aprendiendo, todos los días) y un día, nos hicimos instructores.

Cuando comenzamos en esto, a pesar de haber dado clases (o tener entre nuestra formación cursos de pedagogía) nos dimos cuenta de que es  algo completamente diferente a lo que habíamos vivido.

Tenemos que estar al pendientede nuestros alumnos, cuidar en todo momento que no se lastimen, que ejecuten correctamente los movimientos, que se vean lindos en las fotos, es más hasta cuidar el ambiente de nuestra clase para que se sientan a gusto y en confianza.

Ser instrutor va más allá de llegar frente a un grupo de decirles que den un girito o que se suban al pole.

Ser instructor no es mostrar una figura y después irse a hacer menso en el celular mientras todos se hacen bolas en clase.

Ser instructor no es cargar a los alumnos...

Ser instructor es guiarlos, hacerlos más fuertes y flexibles, prepararlos para cuando ya están listos para el siguiente grado de dificultad.

Ser instructor de pole es algo maravilloso, a veces nos quitan el sueño cuando no se sienten bien, cuando faltan a clases sin avisar, cuando tienen una competencia o simplemente porque se frustraron en una clase.



Nuestros alumnos nos hacen crecer todos los días y aprendemos cosas nuevas en conjunto.
Estamos para inspirar y si bien, no sabemos todo o físicamente no es posible que realicemos todas las poses o todos los trucos, estamos para apoyarlos, para que sean mejores y realicen lo que aún les parece imposible.




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