Así debería de iniciar la sesión de grupo, casí estilo alcohólicos anónimos, por que ser la pareja de una poler es mucho más interesante y adictivo de lo que uno pudiera pensar.
De entrada, son mujeres fuertes y sanas, ¡Que vá!, Muy fuertes y muy sanas. No soy una persona que vive para el gym, pero más o menos toda mi vida he pasado haciendo algún tipo de ejercicio, desde Natación, Tae Kwon Do, Muay Thai, Judo, Crossfit y ahora telas en el estudio de FitFlow en la Ciudad de México, del cual es dueña la Poler de la que hablamos.
Me consideraba fuerte, hasta que comencé a ver la fortaleza que tienen las Polers, consideraba que tenía cierto soporte al dolor, hasta que comencé a ver la facilidad para sublimarlo de las Polers, me consideraba con resistencia a la frustración, hasta que las ví hacer una y otra vez esas posiciones, consideraba que me gustaban los deportes extremos, hasta que las ví volteadas de cabeza, con solo 2 o 3 puntos de contacto, a 4 metros de altura.
Consideraba que sabía el potencial de una mujer, hasta que me convertí en la pareja de una Poler.
Entonces, entendí lo que es ser fuerte, ser poderosa, ser empoderada.Las más grandes lecciones de humildad las he tenido cada vez que quiere uno hacer algo de pole por primera vez, y todo tu cuerpo dice: "Pero está loco, eso no se puede hacer"... y a tu lado,6 ó 7 personas haciendolo con una facilidad, y eso, que me consideraba fuerte.
Ahora lo que siento, es un profundo respeto y admiración, una fascinación por sus historias de los moretones, esa cantidad de videos y movimientos, las discusiones acerca del nombre correcto de la posición y hasta su árbol genealógico.
El tener una pareja poler, me ha hecho un mejor hombre, más humilde, pero al mismo tiempo, por ese nivel de empoderamiento que ella me contagia, más fuerte, más capaz.
En fin, puedo decir que ser la pareja de una poler, ha sido y está siendo la mejor experiencia de mi vida.
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